Friday 21 June 2013

zumba en el infierno


queridos y queridas, los que seguís el blog sabréis que hace ya tiempo me apunté al gimnasio (si no os recomiendo "la piscina"). como ya podíamos imaginar, he tenido mis más y mis menos con la asiduidad. da igual si tienes el gimnasio que te puedes tirar haciendo el ángel desde tu ventana, una es capaz de hacer petit point con los pies con tal de encontrar una excusa para no ir. el caso es que con mis idas y venidas pues olvidé momentáneamente los horarios. hasta ahora...
a zumba iba los lunes. ni los martes ni los miércoles ni los domingos. 
los lunes. y por una razón.
partamos de la base que una no es profesional del baile (sorpresa). pero tampoco disléxica. hay materia, así que algo nos podemos mover. el asunto es que necesitamos una profesora que nos ponga las cosas sencillas. directas. simples. para lerdas. ya en clase, todas nos dejamos llevar pensando que somos beyoncé. y de beyoncé nada. ni en sus fotos malas. pero al menos sigues los pasos y tu cráneo no da con el codo de la de al lado de la emoción. el grado de movimiento de cadera eso sí es secundario y opcional.
el caso es que para que una consiga dicho objetivo va, insisto, los lunes. los lunes da la clase petra, una rubia neumática recauchutada que nos deja a todas a la altura del betún. la tía se mueve que parece gelatina royal. pero al menos lo que yo hago se asemeja parcialmente a lo que ella hace. si me dice que va a hacer salsa, hago salsa. si es rumba, pues rumba. si ella cuenta 1, 2, 3, y 4, efectivamente es 1, 2, 3, 4, y si ella dice que vamos hacia la derecha, todas (importante) vamos a la derecha.
sin embargo esto no pasa todos los días. despistada con el vaivén de los horarios me planto en el gimnasio un sábado, horror. los sábados pertenecen a daniella.
daniella tiene el culo más duro que el acero galvanizado. es brasileña así que una da por hecho que cada clase van a ser los carnavales de río. ella entra siempre saludando a todas que parece la reina de la comparsa. un desparpajo. una soltura. piensas "si ella no sabe, ¿quién coño va a saber?" 
error número uno. yo soy española y si te bailo por bulerías soy chiquito, no sara baras. pero, he aquí un dato importante, no soy monitora. ella sí.
el caso es que primero pregunta si alguien no ha hecho nunca zumba. el otro día había tres novatas. una rubia que parecía iba rodar el próximo anuncio de nike. toda ella de rosa y divina de la muerte. y luego dos negras de amplias dimensiones que habían decidido colgarse el joyero entero en su cuerpo. más oro que en un "compro y vendo". daniella, con una sonrisa que no puede ser más inocente y cordial, les comenta que primero calentaremos y más tarde subiremos el ritmo. ellas devuelven la sonrisa tímidamente.
ilusas...
efectivamente daniella empieza con lo típico. que si pierna estirada para atrás. que si el brazo alrededor del cogote. que si botamos un poquito. para un lado. ahora para otro. soltamos los músculos. y de repente...
de repente daniella no es daniella sino el demonio de tazmania. no sé en qué momento ella debe pensar que pasamos de ser meras clientes de un gimnasio a componentes del cuerpo de baile de jennifer lópez. pero es en ese preciso instante cuando tú te despides de tu salud mental y, sobretodo, de tu dignidad.
hay dos cosas que has de temer cuando estás en su clase. 
1) su cara. cuántos más guiños, señas, muecas y aspavientos haga su rostro, menos te vas a enterar. ella cierra los ojos y entra en un trance epiléptico en el que las demás no somos partícipes. ella cree que sí. pero no. por una sencilla razón.
2) sus gestos. nuestra querida monitora, además de sufrir tics faciales a go gó, se cree la teniente o'neal de misión secreta en irán y comienza a realizar ademanes que solo ella entiende. utiliza sus manos para hacer señas que luego no se corresponden con la realidad de la coreografía.
a estas alturas la clase es un cuadro de mamarrachas. las dos negras no se enteran de nada, además que yo creo que los 15 kilos de metal que llevan encima no les beneficia para nada. la que arrampló con el modelito perfecto en decathlon está espasmódica. la pobre se lo toma tan a pecho que creo colapsará en cualquier momento. luego está la inglesa de metro noventa con menos carne que la pata de un gorrión, que da igual que no se pierda ni una clase, la mujer tiene el sentido del ritmo en el empeine y parece que esté escuchando otra música diferente. además, como buena inglesa que es toda ella es un colorete. a esa mujer le falta oxigenación por toda la cara. también tenemos a las ratillas. esas dos que siempre se ponen en primera fila con gafillas y que al escuchar la canción empiezan la coreografía antes que la propia monitora. bueno, pues esas mismas mañana están en el hospital con dislocación de cadera. y luego estoy yo. que miro alrededor pensando "¿soy la única que se percata de este "sindios"?
juro en arameo, y en sumerio, y en sánscrito. nunca. nunca. nunca más un sábado.
tras 45 minutos de locura absoluta, de jaqueca crónica, de leches por doquier que parecemos pollos sin cabeza y no una clase, llega el estiramiento final. yo respiro.
de nuevo, ilusa...
ella, daniella, no contenta con la humillación y la anarquía por las que nos ha hecho pasar. decide que nos pongamos en pareja y nos hace realizar una especie de ballet absurdo con una completa desconocida como si tuviésemos cuatro años y en prescolar. ya no me siento mujer. amputada de mi femineidad, acabo la clase con la sensación de tener que ponerme el "babi" y jugar con acuarelas al llegar a casa mientras me tomo la merienda.
ni "woman power", ni beyoncé, ni qué niño muerto...
ironías de la vida, he pagado por este maltrato. 
epic fail.

nunca. nunca. nunca más un sábado.


Wednesday 12 June 2013

"¿qué tal vas de lo tuyo?"


queridos y queridas, hay una pregunta que se repite generación tras generación. un eco que reverbera sin cesar. no importa de dónde provenga uno. da igual a qué medio en particular nos dediquemos. qué más da la edad que tengas. si te dedicas a cualquier rama artística y alguien de fuera quiere saber cómo te va, la frase que te perseguirá de por vida es aquella de: "¿qué tal vas de lo tuyo?"
no falla.
analicemos, pues.
por un lado podemos observar que no se especifica "qué" es lo tuyo. podría ser desde un resfriado común a un quiste ovárico. a mi desde luego me suena poco a cine. tampoco nos debe molestar. de toda la vida ha existido un silencio sepulcral alrededor de las enfermedades. parece que el no nombrar el "mal" hace que no exista del todo a los ojos del familiar o amigo. si no se dice es como si no fuese. porque ellos se niegan a aceptar que tú como concha velasco "quieres ser artista". de eso nada. nunca. así que lo tratan como algo mucho más liviano. porque, no nos engañemos, si te dedicas a eso del artisteo, suelen creer que es como la gripe. en algún momento pasará.
y de ahí la elección del verbo y su tiempo. "¿qué tal vas...?" es decir, cómo llevas los síntomas, se te han pasado y/o sigues con nauseas. o sea, "¿se te ha quitado ya la tontería?". 
es como cuando decías que estabas enfermo de pequeño. tus padres no te hacían ni caso hasta que no echabas la pota en medio del pasillo. de una forma u otra siempre piensan que les estás tomando el pelo. que en algún momento les vas a decir "que no! que era coña!". pero no es hasta que regurgitas el desayuno que ven que vas en serio. esto es lo mismo. los pobres sueñan que un día te levantes de la cama, entres en la cocina y espetes "estoy curada! estoy curada!" y al día siguiente te pongas a estudiar oposiciones.
"¿qué tal vas de lo tuyo?"
es curioso porque luego si preguntan a alguien que tiene un trabajo "normal" (abogado, economista, médico, sociólogo, etc), les oirás decir aquello de "¿qué tal en el trabajo?"
no lo hacen a mala fe. pero, seamos sinceros, la mayoría de familiares y amigos no saben a qué te dedicas realmente. quieren que ganes un goya, pero lo más seguro es que no lo ganes en tu vida. quieren que les invites al estreno de la película en la que trabajaste, pero a lo mejor no te invitan ni a ti. 
quieren lo mejor para ti, pero a lo mejor eso que quieren no es lo mejor para ti.
el principal problema es que amigos y familiares no saben que la enfermedad suele ser crónica. cómo les explicas que ese virus lo tienes por todo el cuerpo y que de pasajero nada. cómo les haces entender que no puedes dedicarte a otra cosa. que esto es de por vida. que no hay cura ni remedio.
y aunque la hubiese, no la tomarías.

Saturday 30 March 2013

de londres a cuenca: segunda parte


queridos y queridas, nunca he confiado en mis habilidades automovilísticas. para que nos vamos a engañar. las dos experiencias más cercanas a lo que es conducir un coche en mi vida hasta ahora han sido: una, el mario kart de la nintendo y dos, aquella ocasión en la que pude conducir un carro de golf por silverstone (más información sobre este acontecimiento en otro momento). 
vamos, que experiencia nula.
el caso es que cuando ya tienes treinta y tres tacos como treinta y tres soles, pues una coge el volante como si no hubiera un mañana. tienes ganas de conducir.
la primera experiencia fue con mi hermana pequeña, julia. sobra decir que en ese momento, aquel en el que tu hermana se sienta de co-piloto y empieza a darte órdenes es muy triste. no sólo no sabes conducir, sino que la niñata de tu hermana te dice cómo hacerlo...penoso.
luego toca clase con la mujer de mi padre, pili. ella es profesional en esto de dar clases si tenemos en cuenta que ha enseñado ya a tres hijos antes que a ti. así que ya puedo incrustar el coche contra un bordillo mientras me desgañito que a ella no se le mueve un pelo del flequillo.
de vuelta a cuenca y en mi segunda semana manchega, me presentan a yoli, mi profesora. yoli y yo nos reímos mucho la verdad y a mi eso me tranquiliza. yoli me viene a recoger en un mercedes, que es el coche de la autoescuela y a mi ya me tiene ganada, con estilo. pero claro, yoli y yo no estamos solas, hay más alumnas que como una servidora pretenden examinarse en siete días.
en este caso tenemos a dos alumnas.
mari.
mari es un amor de persona. mari se levanta todos los días a las seis de la mañana para ponerle la inyección a su madre, luego a su padre y, a veces, llega tarde a clase porque tiene que cuidar de su tío que se está desintoxicando. cuando acabamos las clases a veces la dejamos en el hospital a ver a alguien, pero no sé a quién. ella dice que no necesita estudiar para ser enfermera, que ya lo ha visto todo. mari tiene 19 años y vive en motilla del palancar. mari es muy pequeñita, así que entre las dos llevamos un buen trajín con el asiento del coche.
cinthia.
cinthia estudia en cuenca pero es de albacete. no para de hablar y lo peor de todo, mientras habla mira al interlocutor, en este caso a yoli, a la par que conduce. cinthia se va saltando stops y cedas el paso a gogó mientras yoli le va dando collejones. y gesticula una barbaridad, como si fuera una azafata de vuelo. pero a ella le da igual, se ríe y mete primera. cinthia quiere que le examine enrique, que por lo visto habla mucho. según cinthia la última vez suspendió porque la que le examinaba no hablaba nada, no porque se comiese una glorieta.
mari me acompaña por las mañanas, cinthia por las tardes. por las mañanas todo me sale bien, por las tardes soy un manojo de nervios a la que se le cuela el coche cuesta abajo.
me pregunto por qué...
como ha habido tanto follón con mi nota del teórico me dejan la última para el práctico y sola. secretamente lo agradezco, tener a cinthia en el mismo habitáculo mientras cuenta cómo casi prende fuego a su casa mientras cocinaba unas croquetas (como efectivamente hizo al examinarse por segunda vez), la verdad no me hacía especial ilusión.
de hecho sé hasta dónde empezamos el exámen, la avenida de la música (qué bonito) y dónde acabamos, en la jefatura de tráfico (muy propio). total que ahí que nos presentamos la yoli y yo. pero pasan los minutos y ahí no hay ni examinador ni ná. el caso es que la yoli llama a tráfico y "oh sorpresa" el examinador ni sabe que tiene exámen conmigo. no me lo puedo creer. yoli se gira "pero por qué todo te pasa a ti?". quiero llorar. "no lo séeeeeeeeeeeeeeee".
total que nos presentamos en tráfico. "tú te examinas hoy como que me llamo yoli". y ahí va ella, a galope a por el jefe de tráfico. tras unos minutos tensos no, lo siguiente, consiguen que se presente ángel, mi examinador, que estaría comiéndose unas judías blancas o algo así porque viene con cara de estar haciendo mal la digestión. por qué, oh señor, por qué.
y claro, nos montamos en el coche pero es que yo me había "aprendido" un poco la ruta desde la avenida de la música. pero no, estamos en un lugar diferente y yo no soy de cuenca. "durante diez minutos señorita conducirá de manera autónoma". estupendo. y ahora a dónde le llevo yo? que no tengo ni idea? pues ala, le llevo hacia el único lugar que conozco desde allí...la autopista. así, para empezar suavecito. el exámen lo paso mirando de reojillo a yoli, que con las manos me va haciendo gestos por si voy muy deprisa o muy lenta. ella no deja de darle conversación al hombre, por aquello de  a ver si lo despistamos un poco y no ve que estás un poco cagada.
la verdad es que una vez pasado el susto inicial iba tan contenta. pero tensa, claro. así que hacia el final del exámen, cuesta arriba y parada en un semáforo en rojo me doy cuenta que el tobillo derecho no me responde y no puedo acelerar. me cago. qué hago? la luz de peatones comienza a parpadear. y ahora qué? se pone en verde. no me queda más remedio que acelerar con toda la pata, como si fuese un bloque. pero sé que como esto se me alargue mucho se me va agarrotar toda la pierna. el hombre no deja de darme indicaciones y yo me siento como una acordeón.
cuando ya creo que me voy a tener que amputar la pierna por fin acabamos. 
y, milagro de milagros, apruebo.
sin sangre aún en la pierna derecha abrazo a yoli y me dirijo cojeando hacia la autoescuela para que me den mi "L". ese símbolo de drama, de libertad y de esfuerzo.
marcho feliz de la vida ese mismo día a madrid. y de ahí directa a londres.
y en londres...en londres llego como si me hubiesen metido en una turmix a toda potencia. no me puedo creer lo que he hecho. lo que he vivido y a la gente que he conocido. no doy crédito a que unas semanas antes en mi cuarto popito me dijo aquello de "y por qué no vas a cuenca?".
y yo dije "por qué no".

Thursday 28 March 2013

de londres a cuenca: primera parte

queridos y queridas, a veces creo que funciono a impulsos. a ráfagas neuronales que hacen que una idea se me meta en la cabeza y ya no me deje ser. eso es lo que ocurrió a continuación.
un día sin venir muy a cuento le comento a popito, mi compi de piso y alma gemela en otra vida, que me encantaría sacarme el carnet de conducir pero que claro, o no tengo tiempo o no tengo dinero. él, muy serio, me comenta que por qué no me voy a cuenca a la autoescuela de los famosos. al principio le suelto un espasmo nervioso hecho risa, pero al ver que no se le mueve el bigote ni un milímetro, me creo que no, que de verdad me lo dice en serio. él me explica que hace un tiempo se puso de moda que los actores, toreros, y artistas de la farándula así en general se fueran a hacer un intensivo durante dos semanas para sacarse el carnet de conducir a cuenca. sigo sin creerme mucho lo que me dice popito, pero lo miro en internet y, efectivamente hay anuncios y foros y comentarios sobre los intensivos...
claro que una cosa es pensarlo y otra muy distinta verbalizarlo. cuando se lo empiezas a comentar a la gente la cosa pierde su gracia. tus hermanos directamente no te creen. ya se lo puedes repetir por activa y por pasiva que cuando piensan que tu no te das cuenta, los pillas mirándote como si fueras un ovni caído del cielo. tu padre por otro lado al principio piensa que te has vuelto loca ya del todo. "oye, papá, que a ver si me puedes llamar a un par de autoescuelas en cuenca que a lo mejor me hago un intensivo de dos semanas". él se escojona. y con razón. mi madre no. las madres están hechas de otra pasta y ellas te sueltan un "ah, me parece estupendo" que te dejan ojiplática.
el caso es que lo que empezó como una inocente conversación en londres, acaba siendo una realidad a mano llena...sobretodo cuando estás de camino al aeropuerto de gatwick para pillarte un avión a madrid y de ahí casi directa a la estación sur de autobuses.
la verdad es que eso de salir de la estación sur ya la cosa se pone seria. no pretendo ofender, pero una de repente se siente parte del pueblo llano. es lo que tienen los autobuses interprovinciales, que a una parece que le falta la empanada de ternera y las migas en el taper. ojo, que antes era la mar de asidua que estudié la carrera en salamanca con novio en madrid. relación intensa...entre auto res y yo, digo. pues esto era como un deja vu.
no es hasta que no llego al hotel cortés y dejo la maleta en mi futura habitación durante catorce días cuando de veras me doy cuenta que sí, que he ido a cuenca a sacarme el carnet de conducir. a los que os entra la risa floja he de decir que la primera opción era tarancón así que...chitón.
el caso es que a la mañana siguiente me presento en la autoescuela rubio. allí el dire, jaime, mantiene una acalorada conversación por teléfono pero indica que me siente. "que no fernando, que no coño, que me mandaste un segundo email en el que la yoli iba a las ocho y la has liado parda!". tapa el teléfono. "es el coordinador de tráfico, que es un incompetente". pues bien empezamos.
jaime me da mi manual y me sienta delante del ordenador. "ala moza, hasta que te hartes!". 
si una cosa siempre he tenido clara desde que decidí ir a cuenca es que el teórico lo tenía que sacar bordado. lo de conducir era otra historia, pero lo de empollar siempre se nos ha dado bien cuando nos da la gana. también ayuda que el profesor de teoría suelte perlas como "a ver, tráfico no es que te prohíba beber...al revés, te dice que bebas hasta que te salga el barco de cutty shark en una ecografía...pero que no conduzcas". ese es alberto, un crack de persona. en cuanto le conocí pensé que era gay pero me dije que a lo mejor es que al estar rodeada de hombres mucho más femeninos que yo, ya veía maricones donde no los había. hasta que claro, nos dijo que el ocho de marzo era el día de la mujer trabajadora porque "nosotras" trabajamos mucho...así que vamos, que mi radar funciona divinamente.
el caso es que llego al exámen dispuesta a comerme el mundo. si no me leí el test mil veces no lo hice ni una. al salir, le pregunté a jaime un par de dudas y resultó que las tenía bien...perfecto.
vuelvo al hotel a comerme las uñas de los pies mientras espero que la dgt saque las notas. tras refrescar la pantalla la mar de veces, una directamente se cae de la cama cuando ve que bajo su nombre alguien ha escrito "25 fallos". perdona? disculpa? me estás contando que me he hecho todos los tests de españa para venirme a cuenca y fallar todas menos cinco? para eso las fallo en inglés que quedo mejor. intento no pensar en cómo le voy a decir a familia y amigos que de dos semanas nada. una.
a las cuatro estoy en la puerta de la autoescuela como un bulldog, pero jaime me tranquiliza y me dice que ha habido un fallo a nivel nacional con los exámenes y que el asunto se retrasa. da igual, no hay tiempo que perder, esto es un curso intensivo, así que me ponen con las prácticas...
pasa un dia, dos y al tercero, mientras me paro tan contenta ante un stop yoli, la profe, me dice muy seria "haz una parada ahí enfrente" "no jodas yoli" "tu para" "no habré suspendido?""que pareeeeeees". total que paro. "tienes cinco fallos, estás suspensa".
drama.
me vuelvo temblando a la autoescuela e intentando cubrir las lagrimillas a lo "candy candy" que amenazan con salir de mis ojos. una servidora se niega a aceptar el resultado. jaime me recibe con cara de funeral y me dice que me pase por tráfico pero que lo han corregido por segunda vez. en la dgt pido mi exámen y me comentan que vaya al día siguiente. al volver a la autoescuela me quiero morir ante la obligación de sentarme de nuevo ante el ordenador a hacer tests como una autómata. empiezo a contestar las preguntas casi sin pensar. click click click. las tengo todas bien. click click click. y eso que no estoy poniendo ni un ápice de esfuerzo. click click click. "jo jaime, con lo feliz que estaba conduciendo" "claro moza, lógico, pruebas el jabugo y ahora te toca comer gachas otra vez".
hay algo en la lógica conquense que es sabia a reventar. 
al día siguiente voy a tráfico con las marcas de la sábana pegadas aún en la mejilla. un cuadro. el jefe me ve y me dice que va a buscar el exámen y se va por la izquierda. como si fuera una escena de teatro, veo que vuelve hacia la derecha, y luego de nuevo para la izquierda. le sigo con la mirada como si estuviese en un partido de ping pong. él ni me mira, pero cada vez lleva más papeles en la mano. al volver ni siquiera me da el exámen. "mmmmmmmmm, a ver cómo te explico, no te puedo asegurar nada pero por lo que veo hay un par de fallos en la corrección de tu exámen así que tengo que hablar con madrid...pero tiene buena pinta".
salgo de tráfico que me siento mary poppins sobrevolando cuenca. no me lo puedo creer.
a la hora exacta llama, por lo visto sólo tengo un fallo. jaime, "esto no me había pasao en la vida".
bienvenido a la mía....

Monday 21 January 2013

viajes low cost


queridos y queridas, aún arriesgándome a quedar como una petarda, he de decir que llevo toda una vida metida en un avión.
mi primera vez fue a los pocos meses de nacer. mis abuelos vivían en argentina y mi madre me llevó a que me conocieran. pero el bautizo real llegó a los tres años cuando mi madre se fue a vivir a menorca. los viajes a madrid eran el sueño de cualquier niño: fanta de naranja, cacahuetes y rotuladores carioca. tampoco nos olvidemos de ese mini bolso rojo que te colgaban del cuello como si fueras una vaca donde guardabas tu billete y que confirmaba que eras un menor viajando solo. los demás niños del vuelo, bajo las faldas de sus madres, no podían más que mirar con envidia y resquemor ese símbolo de independencia que colgaba de tu cuello.
la confirmación llega unos años más tarde cuando (de nuevo) mi madre se va a estados unidos y yo con ella. los vuelos transatlánticos fueron la revelación. con diez años y unas dos veces por año iba y venía yo sola. aquí no había bolsito, pero sí una sala de espera llena de niños sin padres. era como una versión light de el señor de las moscas. niños saltando por sofás con la camisa fuera del pantalón, con mocos resecos y colgantes, cordones desatados y restos de chocolate por todo el hocico.
el apocalipsis.
total, que siguiendo con la comparativa esto de vivir en londres supongo será como el matrimonio.
sin embargo, y en estos años de unión entre londres y yo surgieron los primeros roces debido a las "aerolíneas low cost". una que es experimentada clienta de diversas y varias compañías no estaba preparada para lo que le venía encima. no atisbé, ni de lejos, que volar se convertiría en una de las experiencias más traumáticas de mi vida.
los primeros problemas en nuestro matrimonio fueron leves. o yo, cegada por mi amor a volar, los dejaba pasar y encontraba múltiples excusas ("es que es muy mala temporada", "claro, es que con estos precios la gente se entusiasma", etc). hasta que, pobre de mi, me di cuenta de una vez por todas que volar había cambiado por y para siempre.
yo soy de las que disfruta hasta haciendo la maleta. no hay cosa que más me guste que pensar en qué llevar, coger el tren que me lleva al aeropuerto, pasar seguridad e, incluso la comida de los aviones. disfruto con y cada elemento del trayecto porque significan una sola cosa: voy a viajar.
a hacer turismo, a ver amigos, a visitar familiares...a lo que sea pero dejando atrás las preocupaciones y la rutina.
adoro viajar. y más si es en avión transatlántico que eso supone que me voy aún más lejos, lejísimos. (y que cuento con un catálogo de películas mucho más amplio).
pero como digo, esto ha cambiado.
para empezar está la mala leche que te brota cuando sacas el billete y ves que entre gestiones, iva, impuestos y pluses varios por tarjeta visa electron el billete te sale por ciento cincuenta en vez de veinte.
luego está esa tensión cada vez que te mandan el mail para que imprimas tu tarjeta de embarque, que si no luego te encasquetan sesenta euros como sesenta soles. pero tú y yo y todos sabemos que lo vas a dejar para la noche antes de que salga tu vuelo rezando para que no se te acabe la tinta de la impresora en ese preciso instante.
ya con todo preparado está la gran pregunta...¿cómo coño llego al aeropuerto? londres es diferente porque no hay uno, ni dos, ni tres, sino cinco aeropuertos con diferentes y múltiples formas de llegar a ellos. tú pregúntale a cualquier persona en londres cómo llegar al aeropuerto de stansted que te sabrá decir cómo ir hasta en ala delta.
total que una vez allí está el momento seguridad que es mítico. da igual lo preparado que llegues a la cinta que siempre, siempre ocurrirá algo para que pierdas los nervios. se te olvida quitarte los pendientes, te tienes que quitar los zapatos, te pita, se te engancha la bufanda con el bolso, olvidas sacar una botellita de agua con restos de babas, etc. el asunto es que tendrás a alguien detrás con el aliento en el cogote. ah sí, se me olvidaba, y ocho de cada diez veces te habrás puesto los calcetines más feos, rotos u horteras que hayas encontrado en tu armario. con clase.
pero cuando llegas a tu puerta de embarque es dónde de veras uno puede diferenciar a los amateurs de los profesionales.
los amateurs son lo más. para empezar están sentados esperando a que les llamen tan pichis. que por dentro no puedes evitar pensar "luego me llorarás cuando no encuentres sitio". tú, que eres una profesional, te pones a la cola aunque te quede una hora para embarcar. ah, y cuanta más cola se forma detrás tuya, más orgullosa estás de ti misma. siempre está algún desgraciado que llega cinco minutos antes de que abran las puertas y se pone el último a la cola. ese siempre da una penita...
además los amateurs nunca pierden la esperanza. son positivos por naturaleza. pero la cruda realidad les da una torta a mano abierta en toda la cara en forma de azafata de ryanair. esa azafata poderosa y en ocasiones cruel que tiene tu futuro en sus manos. ellas son como jedis, están en todas partes. son como gandalf, si ellas dicen que no pasarás, tú te jodes y no pasas. principalmente, por dos motivos: porque has intentado pasar con la maleta reglamentaria y un bolso cruzado estratégicamente oculto bajo el abrigo (ella tiene mirada láser y siempre, digo siempre, te pillará) o porque, efectivamente, tu maleta cumple los requisitos pero va más petada que sol en fin de año. aquí es cuando las imágenes dantescas transcurren una detrás de otra: esas personillas amateurs intentando ponerse toda la ropa de la maleta encima o ese hombre indignado que se niega a pagar un extra.
tú les pasas pensando "si ya lo sabes para qué lo haces".
total que ya dentro es la ley del más fuerte, una mezcla de los juegos del hambre y lost. en ese momento no hay solidaridad ni modales. si hay que tirar una vieja al suelo para poner tu maleta en los "compartimentos superiores", se tira. por culpa de la octogenaria con respiración asistida no te vas a pasar tú la hora y media de trayecto con la maleta bajo el asiento de delante con las rodillas pegadas a la nariz.
una vez todos apretujados como sardinas en lata y listos para despegar comienza el mercadillo ryanair. colonias, lotería, billetes de tren, cigarros electrónicos, que eso parece la latina un domingo a mediodía.
también hay que prepararse a no entender nada de nada durante el trayecto. si son azafatas inglesas, no hablan castellano, si son españolas, el inglés parece élfico. no hay manera. ¿qué ocurre? que cuando llegas a tu destino no sabes si sales por delante o por detrás porque simplemente no entiendes lo que ha dicho la azafata.
y en este momento los amateurs cometen otro error. en cuanto para el avión se avalanzan como hienas a sus maletas, ansiosos, como pensando "me la han dado antes pero ahora no". error. que te levantes de tu asiento no quiere decir que vayas a salir antes, sobretodo si estás en ventanilla. al revés, lo único que conseguirás es desesperarte, refunfuñar, acabar con el cuello roto y llegar al siguiente paso, revisión de pasaporte, más quemado que la pipa de un indio. hacedme caso, ni os mováis. no merece la pena.
y como digo, el último paso. mi reacción ante ese hombre responsable de aduanas depende de dónde me encuentre. la verdad es que a los americanos y los ingleses los veo la mar de profesionales. se dedican a eso y punto. y eso como que da un status. sin embargo en otros países, como españa, es la policía nacional. y no es por nada, pero yo siempre me pregunto, qué habrá hecho ese madero para pasarse seis horas mirando pasaportes. porque algo habrá hecho. ese tío no ha pasado por la academia para acabar en un cubículo encerrado. ese tío quiere "apatrullar" la ciudad, no nos engañemos.
el caso es que para cuando llegas a tu destino brotan dos pensamientos según qué casos. si pasas un fin de semana no te puedes creer que en dos días vayas a tener que sufrir lo mismo. si, por el contrario, pasas mínimo una semana sabes que ese trauma quedará en el olvido y que, cuando llegue el día de volver, sufrirás el proceso como la primera vez. jurarás en arameo, despotricarás pero, por desgracia, la próxima vez que veas aquello de "vuelos a cinco euros ida y vuelta" volverás a caer.
de lleno y en toda la cara.