Friday 8 March 2019

carta a mi yo adolescente


querida paula,
¿recuerdas aquel día en el recreo? ¿qué teníamos, 12 años? habías vuelto a madrid, a tu cole de siempre, el ramiro de maeztu. habías retomado tu equipo de baloncesto, el estudiantes. te encantaba jugar. lo de entrenar ya no tanto, cierto. bueno, los partidillos sí, pero hacer líneas era un auténtico infierno. y la preparación física ya ni te cuento. eso de correr hacia ningún lugar nunca fue lo nuestro. pero jugar los domingos era maravilloso.
llevabas ya unos meses en el equipo. te habían puesto de alero así que habías mejorado tu tiro fuera de zona. no eras amaya valdemoro desde luego. pero no se te daba fatal.
aquel día en cuestión (me enrollo mucho, perdona, es lo que tiene la edad) saliste al recreo y viste que en la cancha del patio había unos chicos jugando al "kao", tu favorito. todos los jugadores se ponían en fila en la línea del tiro libre, tiraba el primero e, inmediatamente después, el segundo. el objetivo era siempre meter canasta lo antes posible y pasarla al siguiente de la fila. si el que tenías detrás encestaba antes que tú, quedabas eliminado y ganaba el que quedaba último.        
te dirigiste hacia la cancha directa. estaban a punto de comenzar una partida así que te pusiste en esa fila de unos 15 chavales sin pensarlo ni dos veces. todos niños y tú la única niña. alguno te miró de reojo, pero tú te hiciste la loca.
cuando llegó tu turno la metiste a la primera eliminando al de delante. en el siguiente turno igual. y el siguiente. estabas con la muñeca suelta, uno de esos días. sin embargo, en el siguiente turno, el que tenías delante en vez de pasarte el balón a ti se lo pasó al de atrás. miraste a todos lados, a lo mejor te habías colado sin darte cuenta. pero cuando te llegó el turno de nuevo, el mismo chico cogió la pelota y delante de todo el mundo dijo "no puedes jugar". "¿y por qué?", preguntaste. "pues porque eres una chica, el balón es mío y yo decido quién juega".
¿recuerdas cómo miraste alrededor para ver si algún chico te apoyaba y cómo todos miraron para otro lado como si no fuera con ellos? y sobre todo, ¿te acuerdas la impotencia que te recorrió el cuerpo desde los pies hasta los ojos? tuviste que darte la media vuelta para que nadie te viera llorar de rabia pura. lo que te faltaba, que te vieran llorar "como una niña".
claro que te acuerdas. porque esas cosas no se olvidan nunca.
siempre mezclaste lo femenino con lo masculino. 
o más bien lo que la sociedad percibe como femenino y masculino.
jugaste a las barbies y los pin y pon, sí. pero también metiste un gol en clase de gimnasia y marcaste un touchdown cuando te enseñaron a jugar al fútbol americano.
te encantaba ver "candy candy" con tu hermana alex y "oliver y benji" con tu hermano borja. disfrutarás igualmente viendo mundiales de fútbol con tu abuelo o partidos de tenis de nadal.
tu madre te inculcó que las voces femeninas eran, no sólo importantes, sino esenciales. no te acordarás porque eras muy bebé pero a mamá nunca le gustaron los cuentos de princesas. qué era eso de mujeres desvalidas y príncipes al rescate. no. en su lugar ella te narraba con apenas dos años historias en las que blancanieves era una ejecutiva agresiva, los enanitos los hombres de la limpieza y el príncipe un amigo informal. y claro, cuando tus abuelos, o tu padre, o tus primos te contaban el cuento "original" no te gustaba. mamá es una crack. no lo sabes aún pero en realidad es la primera feminista que conociste. también te repetirá hasta la saciedad aquello de "jump to the sun" ("salta hacia el sol"). de esto si te acordarás claro, aunque sea sólo por reiteración. por cierto, lo sigue diciendo  cada oportunidad que tiene a día de hoy, avisada estás.
por todo esto no entendiste aquel día por qué no podías jugar con los niños.
por qué se sentían amenazados por una simple chica.
por qué eras diferente.
cómo me gustaría decirte que esto fue un caso aislado. que fue un malentendido. que nunca más llorarás de rabia e impotencia.
por desgracia (o por fortuna, según se mire), elegirás dos oficios que no te lo pondrán fácil.
qué digo elegir. el primero te escogerá a ti. no podrás pensar en otra cosa que ser directora de cine. el día que descubres que eso es un trabajo y se paga, harás la conga. es como si se abriesen las nubes y vieras el sol.
sin embargo pronto te darás cuenta de algo aparentemente obvio, no hay casi mujeres en quien reflejarte.
en ningún lado. ni en los cines, ni en los libros de cine, ni en las revistas de cine, ni en las entrevistas sobre cine, ni en los festivales de cine y, por supuesto, ni en las escuelas de cine.
hombres, hombres y más hombres.
un aburrimiento, la verdad.
entrar en la escuela de cine te va a costar lo que no está escrito. una vez dentro, y tras una criba de cientos de personas sólo pasarán dos mujeres de doce personas en dirección, incluyéndote a ti claro.
siento decirte te sentirás de nuevo en esa cancha de baloncesto.
tendrás la sensación de tener que esforzarte más y ser más brillante, más elocuente, más creativa, más todo en general y en todo momento. y claro, tampoco te dejarán tener una voz femenina. ni feminista. ni nada que tenga forma de ovario.
así que, como es lógico, alzarás bien alta tu voz femenina, feminista y ovárica en forma de proyecto de final de curso.
esto no gustará nada a los de arriba. todo hombres claro.
a ti no te gustará que no les guste a los de arriba. así que, como estarás hasta las narices de misoginia, del tufo de esos puros que intentan compensar, digamos, otros elementos, y de que entre unos y otros te quieran calladita que así estás más mona, pues te irás.
estarás un poco perdida durante un tiempo. pero no te preocupes que todo pasa, créeme.
tu segundo oficio, el que sí eliges será el de ayudante dirección.
tú con tal de mandar lo que sea.
aquí la cosa no será muy diferente.
la cancha volverá con sus amigas la impotencia y la rabia de la mano.
a menudo será complicado entrar en ese club selecto y privado repleto de hombres. aquel plagado de temas que te aburrirán hasta la saciedad como la premier league o los chistes de penes y pedos. pero cuando las cosas se pondrán de veras complicadas será cuando tengas que mandar a los hombres del club y no ellos a ti.
esto será de traca, pequeña.
muchas veces te harán sentir diminuta, invisible, excluida, muda, incompetente, incomprendida, histérica, loca.
de vez en cuando también te tacharán de lesbiana, aunque no lo seas ni tampoco te parezca un insulto.
y te estarás preguntando, ¿entonces?
pues aquí viene lo bueno.
te diré un secreto.
no estás sola.
pero para nada.
si te fijas tendrás alrededor una red entera de mujeres, de hermanas, que te acompañarán en lo bueno y en lo malo. en las risas y en los llantos. sólo tienes que fijarte un poco.
durante el instituto júntate con paloma y mary. te sabrán escuchar y entender tus locuras, que serán de lo más variopintas.
en la escuela de cine pégate como una lapa a tu compi de dirección, anna. estará pasando exactamente por lo mismo que tú y tendrás una amiga para toda la vida.
cuando llegues a londres (que sí peque, como te lo digo, londres) será una etapa complicada llena de baches y vallas, sobretodo al principio. no te des por vencida nunca. caiga quien caiga. y también aprovecha al máximo el tiempo con andrea y alejandra. se irán de londres antes de lo que piensas y con ellas un trocito de tu corazón.
además, tendrás múltiples maravillosas y fieles compañeras de viaje que no conocemos personalmente aún (isabel coixet, icíar bollaín, ava duvernay, reed morano, belén macías, kathryn bigelow, sofia coppola, patricia ferreira, arantxa echevarría) y aquellas que conoces de toda la vida (tu madre, pili, alex, jules, marina, chindi, bea)...todas ellas no te soltarán la mano, pase lo que pase.
ser mujer va a ser muy complicado, frustrante, tormentoso, contradictorio.
será, a fin de cuentas, una de las cosas más difíciles que te pasen.
pero también la más maravillosa.
así que ya sabes, jump to the sun.
















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