Queridas y queridos, ¿a quién le gusta esperar?
Ya sea en la frutería, en un semáforo en rojo, en un avión, en la parada del autobús, en el paritorio, la noche antes de un exámen...en fin, que no, que no hay quien le agrade eso de hacer pasar el tiempo sin nada que hacer. Por eso una se pone a mirar el móvil, o se lleva un libro o escucha un podcast, que están muy de moda ahora.
Porque no hay peor sensación que perder el tiempo.
El tiempo...
Ese que se nos va de las manos para no volver.
Yo si me pongo a pensar muy en serio esto del tic tac del reloj, me tengo que tomar un par de lorazepames para que el hámster que convive en mi cerebro deje de dar vueltas en su rueda de juguete.
Siempre en movimiento mental. Mi hámster y yo. Siempre intentando parar ese deseo irrefrenable de gritar...
Y qué mejor representación de esta desesperación que una sala de espera. Ese habitáculo estancado en un mar de tiempo. Un presente partido entre el pasado (cómo entraste) y el futuro (cómo saldrás).
Como metáfora me sirve.
En ella me encuentro. En esa sala en la que una no sabe muy bien qué hacer. Si mirar por la ventana (si es que la hay) o mirar constantemente el reloj...lento, lánguido, eterno, daliniano. O dar un paseíto, seguramente poniendo más nerviosos a los que esperan como tú.
Porque ya está hecho. Ya he hecho todo lo que podía hacer. Y ahora toca...
Toca volverse un poco loca, no nos engañemos.
Es la naturaleza de mi trabajo.
Esperar...a una llamada, un mensaje, un email, una señal de humo.
Porque tú ya has mandado todos los "queridos muy señores míos" y los "¿qué tal va todo?" posibles al inmenso mar, en pequeñas, diminutas botellas de cristal...y ahora toca. ¿El qué? Eso que estáis pensando, esperar.
Solo necesitas un "sí". Es cierto. Pero hasta que llega la afirmación...avemaríapurísima. A una se le conforma un nudo marinero en el estómago difícil de desliar.
Así que, ¿que haces?
Lo que buenamente puedes. Escribes, pasas la aspiradora, vas a al gimnasio, cocinas, escuchas música clásica para que no te de un colapso, vuelves a pasar la aspiradora, chequeas los mensajes cada dos minutos, vuelves a pasar la aspiradora...y así en un círculo sin fin.
Alguno sí ha contestado. Pero en términos pero que muy vagos..."puede que haya algo en julio"...es decir, para julio no me acuerdo ni de tu nombre. "Me guardaré tu currículum para próximos proyectos"...ya te digo yo dónde acaba ese currículum que has hecho con tanto amor, en el cubo de la basura virtual.
Así que como decía, me encuentro en la sala de espera.
Me la imagino más que de médico, de casting de circo. Un payaso haciendo virguerías con un patinete y unas pelotas rojas de goma, el domador de leones leyendo el periódico mientras su león yace a sus pies pacientemente, la cantante soprano haciendo gorgoritos...y luego yo, que observo para luego contaros mis peripecias.
Pero aquí no hay ni peripecias ni "peripecios". Hay tiempo, como ya he dicho, y poca, pero que muy poca paciencia.
Pienso que a lo mejor debía retomar el punto de cruz. Pero la última vez llené la casa de bufandas y gorros con hermosísimos pompones y estamos a mediados de junio como quien dice. No cuadra.
Pienso entonces que podría comenzar a meditar. Encender alguna de las velas que compré en Ikea como si no hubiera un mañana y que tengo aún por estrenar, ponerme una música digna del Himalaya y mirar a ver si estos saltimbanquis que tengo en la barriga bajan un poco el tonito.
Pienso que si no, podría escribir un cuento, o un corto, o, qué coño, ya puesta, un largometraje. Y en cuanto me siento frente al ordenador me entra una perecísima que no puedo con my life. Que lo escriba otra.
Total, que pasan los días, con sus respectivas horas, minutos y segundos, y yo sigo con un ojo de frente y otro de reojillo mirando el móvil por si llega alguna noticia de ninguna parte. Bizca perdida que ando, vaya.
Todo porque un día mientras estabas sentada en la butaca de cine te diste cuenta que había señoras y señores que se dedicaban a eso de hacer películas.
Qué momentazo.
Así que, a esperar toca.
Anda mira, una contorsionista...