Saturday 30 March 2013

de londres a cuenca: segunda parte


queridos y queridas, nunca he confiado en mis habilidades automovilísticas. para que nos vamos a engañar. las dos experiencias más cercanas a lo que es conducir un coche en mi vida hasta ahora han sido: una, el mario kart de la nintendo y dos, aquella ocasión en la que pude conducir un carro de golf por silverstone (más información sobre este acontecimiento en otro momento). 
vamos, que experiencia nula.
el caso es que cuando ya tienes treinta y tres tacos como treinta y tres soles, pues una coge el volante como si no hubiera un mañana. tienes ganas de conducir.
la primera experiencia fue con mi hermana pequeña, julia. sobra decir que en ese momento, aquel en el que tu hermana se sienta de co-piloto y empieza a darte órdenes es muy triste. no sólo no sabes conducir, sino que la niñata de tu hermana te dice cómo hacerlo...penoso.
luego toca clase con la mujer de mi padre, pili. ella es profesional en esto de dar clases si tenemos en cuenta que ha enseñado ya a tres hijos antes que a ti. así que ya puedo incrustar el coche contra un bordillo mientras me desgañito que a ella no se le mueve un pelo del flequillo.
de vuelta a cuenca y en mi segunda semana manchega, me presentan a yoli, mi profesora. yoli y yo nos reímos mucho la verdad y a mi eso me tranquiliza. yoli me viene a recoger en un mercedes, que es el coche de la autoescuela y a mi ya me tiene ganada, con estilo. pero claro, yoli y yo no estamos solas, hay más alumnas que como una servidora pretenden examinarse en siete días.
en este caso tenemos a dos alumnas.
mari.
mari es un amor de persona. mari se levanta todos los días a las seis de la mañana para ponerle la inyección a su madre, luego a su padre y, a veces, llega tarde a clase porque tiene que cuidar de su tío que se está desintoxicando. cuando acabamos las clases a veces la dejamos en el hospital a ver a alguien, pero no sé a quién. ella dice que no necesita estudiar para ser enfermera, que ya lo ha visto todo. mari tiene 19 años y vive en motilla del palancar. mari es muy pequeñita, así que entre las dos llevamos un buen trajín con el asiento del coche.
cinthia.
cinthia estudia en cuenca pero es de albacete. no para de hablar y lo peor de todo, mientras habla mira al interlocutor, en este caso a yoli, a la par que conduce. cinthia se va saltando stops y cedas el paso a gogó mientras yoli le va dando collejones. y gesticula una barbaridad, como si fuera una azafata de vuelo. pero a ella le da igual, se ríe y mete primera. cinthia quiere que le examine enrique, que por lo visto habla mucho. según cinthia la última vez suspendió porque la que le examinaba no hablaba nada, no porque se comiese una glorieta.
mari me acompaña por las mañanas, cinthia por las tardes. por las mañanas todo me sale bien, por las tardes soy un manojo de nervios a la que se le cuela el coche cuesta abajo.
me pregunto por qué...
como ha habido tanto follón con mi nota del teórico me dejan la última para el práctico y sola. secretamente lo agradezco, tener a cinthia en el mismo habitáculo mientras cuenta cómo casi prende fuego a su casa mientras cocinaba unas croquetas (como efectivamente hizo al examinarse por segunda vez), la verdad no me hacía especial ilusión.
de hecho sé hasta dónde empezamos el exámen, la avenida de la música (qué bonito) y dónde acabamos, en la jefatura de tráfico (muy propio). total que ahí que nos presentamos la yoli y yo. pero pasan los minutos y ahí no hay ni examinador ni ná. el caso es que la yoli llama a tráfico y "oh sorpresa" el examinador ni sabe que tiene exámen conmigo. no me lo puedo creer. yoli se gira "pero por qué todo te pasa a ti?". quiero llorar. "no lo séeeeeeeeeeeeeeee".
total que nos presentamos en tráfico. "tú te examinas hoy como que me llamo yoli". y ahí va ella, a galope a por el jefe de tráfico. tras unos minutos tensos no, lo siguiente, consiguen que se presente ángel, mi examinador, que estaría comiéndose unas judías blancas o algo así porque viene con cara de estar haciendo mal la digestión. por qué, oh señor, por qué.
y claro, nos montamos en el coche pero es que yo me había "aprendido" un poco la ruta desde la avenida de la música. pero no, estamos en un lugar diferente y yo no soy de cuenca. "durante diez minutos señorita conducirá de manera autónoma". estupendo. y ahora a dónde le llevo yo? que no tengo ni idea? pues ala, le llevo hacia el único lugar que conozco desde allí...la autopista. así, para empezar suavecito. el exámen lo paso mirando de reojillo a yoli, que con las manos me va haciendo gestos por si voy muy deprisa o muy lenta. ella no deja de darle conversación al hombre, por aquello de  a ver si lo despistamos un poco y no ve que estás un poco cagada.
la verdad es que una vez pasado el susto inicial iba tan contenta. pero tensa, claro. así que hacia el final del exámen, cuesta arriba y parada en un semáforo en rojo me doy cuenta que el tobillo derecho no me responde y no puedo acelerar. me cago. qué hago? la luz de peatones comienza a parpadear. y ahora qué? se pone en verde. no me queda más remedio que acelerar con toda la pata, como si fuese un bloque. pero sé que como esto se me alargue mucho se me va agarrotar toda la pierna. el hombre no deja de darme indicaciones y yo me siento como una acordeón.
cuando ya creo que me voy a tener que amputar la pierna por fin acabamos. 
y, milagro de milagros, apruebo.
sin sangre aún en la pierna derecha abrazo a yoli y me dirijo cojeando hacia la autoescuela para que me den mi "L". ese símbolo de drama, de libertad y de esfuerzo.
marcho feliz de la vida ese mismo día a madrid. y de ahí directa a londres.
y en londres...en londres llego como si me hubiesen metido en una turmix a toda potencia. no me puedo creer lo que he hecho. lo que he vivido y a la gente que he conocido. no doy crédito a que unas semanas antes en mi cuarto popito me dijo aquello de "y por qué no vas a cuenca?".
y yo dije "por qué no".

1 comment:

David said...

En mi caso me gusta mucho manejar y por eso disfruto de ir a diversos sitios y conocerlos mientras voy con el auto. En general cuando voy de vacaciones, no suelo reservar previamente los Hoteles, sino que en el mismo lugar disfruto de ir y recorrer