Saturday 26 November 2022

Emily Blunt y yo


 Queridos y queridas, si hay un película que he visto veces es "El diablo se viste de Prada". No, no me avergüenzo de ello. Al revés, me parece un auténtico peliculón. Muchos diréis, bueno claro, tiene a Meryl Streep. Sí, obvio, pero a mí quien me ganó fue una pelirroja británica insoportable que, claramente, se comió a la mismísima Meryl, Emily Blunt.

Quién me diría que un día acabaríamos abrazadas, llorando.

Pero, como siempre, me estoy adelantando a los acontecimientos.

Volvamos por un momento a la pandemia. Ya, ya sé que os da pereza, pero es sólo un momento. Para situarnos un poco, estamos en época Delta. 

Nota: esto ya a partir de ahora va a ser así, como el Pleistoceno o el Paleolítico, pues nuestra vida girará entorno a épocas post-Omicron o pre-Gamma. Fin de la nota. Prosigamos.

A pesar del covid, los del cine estamos muy locos y seguimos haciendo proyectos como si no hubiese un mañana. Porque de hecho parecía que no había un mañana. Yo, ajena a todo esto, pasaba mis días tranquilamente en casa de mi madre en Coruña. Tras unos ajetreados años en Londinium había dicho basta y estaba replanteándome un poco la vida. 

Entra Scott.

Scott es el segundo ayudante de dirección con el que más he trabajado en mi vida. Es gracioso, políticamente incorrecto (me llama la "vaga mejicana" a voz en grito en una oficina llena de gente inglesa), es familiar y leal. Sobra decir que le adoro. He pasado navidades en su casa y hasta he ido a su boda.

Al lío, que me emociono y todo. 

Resulta que me llama porque va a venir a Madrid a rodar una serie para Amazon Prime que se llama "The English", un western protagonizado por Emily Blunt. Necesitan una persona que se encargue de los actores (va a haber a gó gó) pero con dos dedos de frente y por alguna razón Scott ha pensado en mí. Le pregunto que dónde y cuándo. Por él lo que sea.

Pero, por desgracia, el covid hace estragos y no hacen más que retrasar el rodaje y Scott tiene que abandonar el proyecto. Yo, sin embargo, sin otra cosa que hacer que dar paseos por la playa y comer marisco, aguardo a que den luz verde a la serie.

Dan luz verde a la serie.

Una servidora va de oca en oca y tiro porque me toca y va de casa de su madre en Coruña a la de su padre en Madrid...Ahí, ahorrando alquileres por toda la jeta. 

Llega EL día, aquel que había imaginado desde la primera llamada de Scott, conocer a Emily Blunt. 

Ya he dicho en otras ocasiones que no soy mucho de actores pero con ella me iba a pasar casi tres meses juntas, como fuera una estúpida andábamos listas. 

Tenía hasta tics en los ojos. 

Llega el Range Rover negro. Subidón. Se baja del coche, nos presentan, casi ni me mira. Entra directa a su prueba de vestuario. Bajón.

Estupendo.

¿Y ahora qué?

Me quedo más rayada que un disco de Parchís.

Al día siguiente tiene entrenamientos con el caballo. Tengo que ir. Voy, claro, pero a regañadientes. No sé por qué pero me ha puesto de mala leche. Me la imaginaba de otra forma. Vaya rodaje que me espera. 

Llego pronto a las caballerizas. Me tomo un café y conozco a los dueños y a varios de los especialistas. Me llega un mensaje de la asistente personal de Emily que están llegando. Great, can't wait, pienso irónicamente.

Aparece el ya familiar Range Rover y de él se baja Emily. Me dirijo hacia ella para volver a presentarme. Tengo la sensación de que no se va a acordar de mi. "I'm Paula, we met yesterday", le digo. "Yes, of course, Paula, hi, lovely to meet you again", contesta amablemente. Le enseño el lugar y charlamos un rato, pero pronto se tiene que montar en su caballo. Empiezo a pensar que quizás me haya precipitado en mi primera impresión. Soy, a veces, un poco radical. Termina su entrenamiento y, en lugar de irse como un relámpago, se queda con nosotros a tomar un café y a charlar. Y de pronto, a la mierda Delta, a la mierda covid, me da un abrazo y se ríe. "Don't tell anyone, goodbye!" Y me quedo con la boca abierta visto que se acaba de pasar la distancia social por el pebetero. 

A partir de entonces parece que nuestra misión en el rodaje es hacernos reír mutuamente. De verdad os digo que no hay risa más contagiosa que la de Emily Blunt, ni persona más graciosa contando anécdotas.

Además, era muy observadora, demasiado desde mi punto de vista. Tenía mis sospechas de algo en concreto. Hasta que un día le pregunté abiertamente, "Emily, ¿tú hablas español, no?". Me miró, sonrió y contestó, "un poquito". "Tú nos entiendes, ¿verdad?", dije. "Sí", y comenzó a reírse. 

Así que destapado el secreto se abrió la caja de Pandora. Fue entonces cuando comencé a enseñarle español, y cuando yo enseño español no son las diferencias entre "ser" y "estar" precisamente.

Su primera lección fue la frase "hace un calor de cojones". Porque, queridos y queridas, estábamos rodando en Madrid en pleno Agosto llegando a los 43 grados a la sombra. Era pero que muy necesario para el vocabulario de Emily. Así que un día se presentó en el set y empezó a gritar "hace un calor de cojones" a diestro y siniestro. Ella, tan fina, vestida de damisela del siglo XIX. Una estampa.

"Estoy hasta los cojones" fue otra variedad de la anterior frase que, no nos engañemos le vino divinamente ya que no solo hacía un calor de cojones sino que teníamos que hacer horas absurdas de trabajo, bajo un calor de justicia, en medio de un desierto.

Tra, tra.

Su segunda lección, y esta le impactó bastante debido a su traducción literal, fue "no tengo el coño para farolillos". Le costó un poco pillarle el punto al tono, pero lo decía con mucha convicción. Tanta que con un par se acercó al jefe de eléctricos sin venir a cuento y le soltó "hoy no tengo el coño para farolillos, Tomás" y Tomás casi se nos desmalla allí mismo. 

Y de aquí fue todo cuesta abajo y sin frenos. Si la RAE nos oyese nos hubiese metido en la cárcel, ya os lo digo.

¿Su último día de rodaje? Totalmente opuesto a ese primero. Fue un día lleno de abrazos, llantos, tequila, besos, un vídeo dedicado a mi madre y mucho pero que mucho cariño. 

Cuando llegué al trailer de dirección tenía unos regalos de Emily junto con una nota:

"To Paula,

I adored you the moment I met you! Thank you for taking such incredible care of me. For all the umbrellas and all the trudging terrain (at my fast pace! haha) and mainly for all the laughs! Hace un calor de cojones!!!! We survived it! Besos, Emily"

"Para Paula,

Te adoré desde el momento en que te conocí! Gracias por cuidarme tan bien. Por todos esos paraguas y todo el terreno caminado (a mi paso rápido! haha) y sobre todo por las risas! Hace un calor de cojones!!! Hemos sobrevivido! Besos, Emily"

Y esta es la (bonita) historia de Emily Blunt y yo.