Saturday 21 August 2010

"confusio" fue uno de los que inventó la confusión...


queridos y queridas, qué envidia me da la muchacha. sí, sí, cómo lo oís, envidia pura y dura.
hombre no siempre, pero de vez en cuando la escucho y me digo "qué gusto ser así de tonta, coño!". porque la muchacha no tiene pinta de comerse la olla mucho. y a mi tener el encefalograma plano y el cerebro del tamaño de un guisante a veces me parece una bendición.
vivir en los mundos de yupi donde todo son arcoiris y golosinas debe ser magnífico. no plantearse qué coño haces aquí o a dónde vas. no, tu mayor preocupación es ser miss venezuela...y a quién coño le importa si sabes quién es confucio o sartre, total, si es que no te sirve de nada. pues eso, un pedacito de cielo que me parece.
yo en mi siguiente vida quiero ser como ella. mujer florero por excelencia...y mejor callada, no vaya a ser que la caguemos. y no pensar. pero nada de nada de nada. cero. y si alguien entra en tu cabeza lo único que escucharía sería el sonido de unos grillos.
qué gusto...insisto.
pero como esto a día de hoy es ligeramente imposible, pues no nos queda otra que darle al tarro...es lo que tiene estar en el paro. paro laboral y creativo (que es el que te jode pero bien). y te dices, bueno, ya que estoy en el paro total pues salgo y me emborracho totalmente también, que para eso son vacaciones no? pues eso, melocotón pal cuerpo...desde el lunes, que así parece que el finde llega antes. y cuando llega el finde te la enganchas otra vez y te dices "yo hoy como miss venezuela, no voy a pensar...". pues vale, no piensas, ni cuando bebes y mucho menos cuando se te ocurre la brillante idea de cogerle la bici a una amiga. una bici que tiene los pedales que te quedan por la cadera...esssssstupendo. pues eso te montas (o más bien escalas) en la bici, pedaleas, vas a torcer y de sopetón el espíritu de miss panamá te posee y no sabes ni torcer, ni frenar ni, por lo visto, caer con elegancia. porque el guarrazo que te pegas es olímpico...acabas con raspazos en las manos y la espinilla, contractura muscular en el brazo izquierdo y un moratón en el pandero de dimensiones astrónomicas (y astrológicas...porque una servidora vió las estrellas y la vía láctea, si me apuras).
y los piños los conservas de milagro...
total, que el espíritu de miss panamá se podría haber quedado en su casa y haberme dejado tranquilita...

"confusio fue uno de los que inventó la confusió"...ni que lo digas hija, ni que lo digas...qué sabia que eres...

Monday 2 August 2010

érase una vez que se era...

queridos y queridas, érase una vez que se era una niña que se fue a vivir al extranjero persiguiendo un sueño. cuando podía escribía sobre sus aventuras y desventuras en la jungla de asfalto, urbe de locura y de prisas. detallaba sus idas y venidas, sus pensamientos y, a veces, dejaba entreabierta la puerta de su propia alma. sinceridad ante todo. ante este blog. ante vosotros. que ya somos todos suficientemente falsos las 23 horas restantes del día. siempre intentando ver que aquí no pasa nada, que va todo la mar de bien.
y de repente...pasan cosas. cosas que no son tuyas, que no te pertenecen pero que te rodean, te envuelven y te afectan. pero no las puedes compartir. porque no tienes poder sobre ellas. no son tuyas para contar. y te estancas. porque contar tu día a día ya no es primordial. contar que te bañaste en trafalgar tras ganar el mundial, que entraste de nuevo en el bucle burberriano, que tu casa cada vez es más "tu casa", que tus amigos te hacen feliz, que has ido a la piscina (!) no una sino dos o tres veces, que quieres dirigir un corto, que tu madre vino a visitarte, que...bueno, que tu vida sigue adelante, a veces más ligera de equipaje, otras con exceso de peso y multa, pues de repente no procede.
todo se atasca. embotellamiento mental en hora punta. standby...
y cuando por fin te sientas delante del ordenador tras tanto tiempo no sabes ni por dónde empezar...
así que no queda otro remedio que empezar de nuevo.
volvamos al principio, a escribir, a pensar, a narrar y a compartir, pero esta vez con un parentésis grande en medio, incómodo pero inevitable.
bienvenidos de nuevo.

érase una vez que se era una niña que se fue a vivir a otra ciudad tras un sueño...