Tuesday 13 December 2011

melonadas del tío juan: menú chino

queridos y queridas, os ruego montéis un momento en mi delorean particular...
conocí al tío juan hace unos siete años. era verano, yo estaba en un cruce de caminos (percibo un hilo conductor en mi vida...) y como no sabía qué hacer me puse a trabajar en unos cines. pero no unos cines cualquiera. no señor. sino en los cines princesa de madrid.
era lo más parecido al trabajo soñado para una cinéfila como yo...películas en versión original y palomitas gratis bajo un aire acondicionado glacial en una ciudad que rozaba la temperatura a la que se funde el acero. épico...
el caso es que allí estaba juan de acomodador. también marina. y juntos nos convertimos en el triángulo de las bermudas.
pasó el tiempo y se fueron yendo. primero marina, luego juan. yo seguí allí hasta que rocé la implosión, cogí los bártulos y me vine a londres.
sin embargo, ironías de la vida, un día andando por picadilly me encontré a juan que se había venido a vivir aquí sin tener (seamos sinceros) mucha papa de inglés.
nos tomamos un par de pintas, nos pusimos al día y el resto es historia...ahora no sólo es amigo sino compañero de piso.
fin del flashback.
volvemos al presente.
la idea de este post nació hace unas semanas a raíz de que el tío juan volviese al catering extremo conmigo. hasta entonces había estado secuestrado por burberry, (recordemos) compañía de la cuadrícula obsesiva. yo ya salí escopeteada de allí y lo mismo le ha pasado al tío juan.
el caso es que ahora le veo si no es en casa en el curro y, claro, me cuenta cosas. cosas que sólo le pueden pasar a nuestro querido tío juan. el tío juan ha vivido diez años en madrid pero es de albacete. el tío juan es una mezcla de lo urbanita y lo rural. entre un audi y un tractor. como un almodóvar a la enésima potencia. y si el tío juan ya es gracioso y mete gambas en castellano, no os quiero ni contar en la lengua del mismísmo shakespeare.
y esto nos lleva al post. un día en el bus de camino a casa mientras el tío juan se enfrascaba en una particular retahíla de anécdotas cada cual más surrealista, la tía pau tuvo otra de sus apariciones marianas. en este caso melonadas del tío juan.
comencemos pues.

menú chino.
en ocasiones trabajamos en el victoria and albert museum. que más que un museo parece un bazar. uno puede encontrar allí desde trajes que vistió la mismísima grace kelly a un king kong hecho de clavos.
el caso es que siempre dejamos nuestras mochilas en la sala rafael. aquel día el suelo de dicha sala contaba con, a modo de obra de arte post-modernista, una moqueta gigante en forma de uve. en ella uno podía hacer la albóndiga de un lado al otro y el mongo por partes iguales.
y fue este hecho y no otro el que concatenó la desgracia.
allí estábamos todos los camareros, aburridos como alpargatas a punto del suicidio colectivo esperando a ser llamados para comenzar el servicio cuando a alguien se lo ocurrió quitarse los zapatos y empezar a rodar cual yo-yo por la moqueta. como el ser humano tiene la personalidad de un tubérculo y la originalidad de un guisante, pues (obviamente) más camareros le siguieron hasta convertir la sala en una pista de circo.
entre los "mira como corro", los "mira sin manos" y los "mira cómo doy vueltas" se encontraba luan don-dang. que parece que me invento el nombre pero no. luan don-dang es, oh sorpresa de sorpresas, mitad asiático. luan don-dang es bajito, regordete, sufre de verborrea crónica y sonríe las veinticuatro horas del día. es como un buda feliz. luan don-dang, además, rodaba dale que te pego por toda la moqueta encantado de la vida como si no hubiese un mañana.
y ahí estábamos el tío juan y yo, observando boquiabiertos a luan don-dang revolcarse como una croqueta cuando el tío juan, incapaz de reprimir las ideas que le vienen a la mente y mientras sus iris iban de lado a lado que parecía estar viendo un nadal-federer, espetó:

- look, a roll. (a lo que yo pienso inmediatamente no será capaz...es imposible que vaya a decirlo...no puede ser). a spring roll. (pues sí, va a ser que sí se lo va a decir...)

efectivamente el tío juan le ha llamado "rollito de primavera" al chino en toda la cara. silencio sepulcral en la sala. juan parece querer salir corriendo (de vuelta a albacete). yo empiezo a hacer movimientos nerviosos con las manos. luan don-dang deja de hacer la peonza, nos mira extrañado y, horror de horrores, no sonríe. lo único que se oye es la risa de ludovic, un camarero argelino que mide dos metros, pesa 110 kilos y se ríe como eddie murphy...bueno, y tampoco deja de murmurar entre risa y risa "spring roll".
claro, no ayuda.
un "mira cómo hago un mortal" de un chaval que oímos en la lejanía y la lógica galleta que se pega nos salva de la masacre. las piruetas vuelven a la moqueta y con ellas la normalidad.

el resto de la noche transcurre con luan evitando a juan. y el pobre tío juan musitando cabizbajo un "ha sido sin querer" o un "se lo hubiese llamado a cualquiera aunque no hubiese sido chino" cada vez que me lo cruzaba.
menos mal que luan don-dang es verdaderamente como un buda feliz porque, al siguiente día, allí estaba él con el tío juan de nuevo como si fueran colegas de toda la vida...hablando de vete tú a saber qué y en qué idioma.

en fin, dios los cría...

4 comments:

Anonymous said...

Extrañare al tio Juan! xxx

Alejandra

marta said...

Me gusta:)

David del Bass said...

Esta muy bien el blog, no lo conocía hasta ahora, me pasaré más a menudo a leerlo. Aprovecho para felicitarte el 2012, un saludo!!

mariapires said...

hahaha genial!!!!! me he reido mucho