Monday 10 November 2008

cambios

queridos y queridas, hace unos días alguien - no diré quién...no tenéis vosotros la culpa de que tenga la boca tan grande y, para más inri, cuente con un blog - me dijo algo que se me ha quedado grabado en la mente. espero que esa persona no se enfade porque no critico lo que me dijo - yo misma estuve ahí hace bien poquito. al revés, me sentí tan identificada que he tenido que ponerlo aquí. no puedo quedarme callada parece ser. en el momento de escucharlo no le dí mucha importancia. ha sido luego, más tarde, cuándo realmente le he empezado a dar vueltas a la almendra. es como la frase de una película que parece contar tu vida. como si dijeses "esa soy yo"...
al preguntar a esta persona qué tal le iba me contestó algo así como "bien, todo igual. poquito que contarte. tan igual que me da miedo que cambie".
tan igual que me da miedo que cambie...no puedo parar de pensar en la frase en cuestión. no puedo parar de darle vueltas y no sé por qué. bueno, miento, sí sé por qué pero no sé explicarme sin parecer una imbécil.
porque necesito el cambio. necesito que cada día todo se tambalee. necesito que todo gire y cambie y mute y me sorprenda. me he pasado demasiado tiempo igual, perenne: perdida en el mismo lugar, inmersa en la misma rutina, cómoda sabiendo que lo tengo todo bajo control, tranquila en mi burbuja, en mi sofá, delante de una estufa y con el pijama de franela subido hasta los sobaquillos...hasta que un día me cansé. porque el sofá ya no era tan cómodo, la estufa daba calambrazos y al pijama le había salido pelotillas y tenía la goma un poco suelta. un horror.
así que busqué el cambio.
asustada, indecisa, cagada, desmotivada, acongojada, saturada, sobresaltada, temblorosa y sola.
no quiero que todo siga igual. y tampoco quiero que me dé miedo el cambio. lo necesito como el aire. necesito saber que lo imposible es imposible porque uno no lo intenta. que estar segura para mi es igual a ser infeliz. que el cambio es lo que me pone las pilas. que estar quieta, parada, inmóvil, con los músculos casi entumecidos en el sofá, en mi zulo, es el mayor error que he cometido en mi vida. porque cometeré miles de errores más pero que sean andando, corriendo, perdiéndome y cayéndome una y otra y otra y otra y otra y otra vez. el no ya lo tengo. repito, el NO ya lo tengo. lo repito porque es lo que me digo cada día. sabiendo que me esperan decenas de decepciones y de "noes". pero ya no quiero ser un zombie. me niego. todo lo que quiero lo tengo ahí, delante mío, lo veo. si me estiro lo suficiente puedo hasta rozarlo con la punta de los dedos. pero todavía no es el momento. así que te levantas de nuevo y te acercas un poquito más. hasta que no puedas con tu alma. hasta que revientes. porque si no, no seré feliz. porque si no, estaré como muerta.
ya no puedo volver ni al zulo, ni al sofá, ni a la estufa, ni a la franela, ni a la burbuja. soy como una yonki de los terremotos, de los tsunamis y de los huracanes. no sólo busco el cambio, lo huelo, lo persigo, lo acoso y lo llamo a gritos. es tirarse al vacío. o mejor, tirarse a una piscina vacía con pinchos al fondo. dos días iguales son dos días perdidos. necesito que me pasen cosas, miles de millones de cosas. necesito que mi vida sea especial...o intentarlo, al menos.
sigo asustada, indecisa, cagada, acongojada, sobresaltada y sola. pero ya no me siento desmotivada, saturada y temblorosa...
será cuestión de ir tachando en la lista.
digo yo...

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